Moler o triturar los garbanzos junto con los guisantes. Recomiendo utilizar una picadora de carne (con el disco triturador de tamaño pequeño o mediano conectado) o un procesador que no mezcle la masa en exceso.
Moler o triturar los garbanzos junto con los guisantes. Recomiendo utilizar una picadora de carne (con el disco triturador de tamaño pequeño o mediano conectado) o un procesador que no mezcle la masa en exceso.
Mezclar todos los ingredientes anteriores con los garbanzos triturados. Dejar reposar durante 2 horas en el frigorífico (recomendado).
Calentar el aceite a 180 grados y, con la palma de la mano, darle forma de pequeñas pelotas de ping-pong (asegurarse de que está húmeda) o con dos cucharas para formar quenelles.
Antes de dar forma a las pelotitas, siempre realizo una prueba para ver si la pelota conserva su forma, así que introduzco una pelota en el aceite caliente para ver si se mantiene. Si no lo hace, entonces hay que añadir unas migas de pan y volver a realizar la prueba hasta que se sostenga con firmeza.
Una vez que la mezcla pase el test, freír las bolas hasta que se doren. Servir con remolacha y zumaque y salsa tahini, aderezar con una ramita de romero bien frita.
SALSA TAHINI
Mezclar la pasta tahini, la remolacha troceada, el ajo, el zumo de limón y la sal en una batidora o procesador de alimentos.
Batir hasta que esté suave; añadir agua poco a poco hasta alcanzar la consistencia deseada.
La mezcla deberá estar lo suficientemente espesa como para sumergir las bolas de falafel y adherirse a ellas.