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Date un respiro, o los que necesites

Domingo, 3 Julio, 2022

Los psicólogos fomentamos, difundimos y enseñamos la importancia y la práctica de la respiración.  Para nosotros es una de las herramientas principales para suavizar, parar y anular los efectos de la ansiedad ante las amenazas. Amenazas que en ocasiones son irreales, temores infundados o aprendidos que nos limitan en diferentes ámbitos como el laboral, el social, el familiar o el deportivo. Miedos que van ganando terreno, te paralizan como si de un peligro real de vida o muerte se tratara. Limitan tu día a día, creando situaciones insostenibles física y mentalmente, carcomiendo tu bienestar y calidad de vida.

Para sostener todas estas emociones saber respirar es fundamental y conocer técnicas para cambiar la respiración también. Podemos así crear otros pensamientos y conductas desde el equilibrio que genera y transmite, y transformar así la información del cuerpo y nuestra relación con él.

Aquí te dejo algunas técnicas que espero que te ayuden:

1-Respiración 4-7

Con este tipo de respiración de pie, sentado o tumbado, sin elevar los hombros inspiras de forma lenta y suave contando hasta 4, aguantas un instante y expiras lentamente contando hasta 7. Siente sin oír, tu respiración unos dos minutos mínimo.

2-Respiración 4-7-8 ó 3-3-6

Esta técnica está desarrollada por el por el Dr. Andrew Weil, director de Medicina Integral de la Universidad de Arizona. Sirve, entre otras cosas, para conciliar el sueño y con dos veces al día que se haga es suficiente. Sí observas el tiempo de expulsión del aire es el doble que el de tomar aire.

Sentado, apoyado en el respaldo y con la espalda recta. Cierra la boca, inhala a través de la nariz contando hasta 4, mantén la respiración contando hasta 7 segundos y espira todo el aire con un sonido fuerte durante 8 segundos. La proporción 3-3-6 se realiza de igual forma. Prueba y decide. Otra opción es 3-2-3.

3-No apagar la vela

Inhala todo el aire que puedas dentro de tus pulmones, esperas 5 segundos, y expúlsalo por la boca suavemente, con la boca prácticamente cerrada, imagina que tienes una vela delante y no la puedes apagar. Al principio puedes hacerlo encendiendo una vela, esa imagen queda en el cerebro y ya la tendrás en tu recuerdo. De esta forma se controla aún más la espiración.

4-El suspiro

Se sabe que suspirar alivia. Llena los pulmones al máximo de tu capacidad estando de pie o sentado. Mantén dos segundos y expulsa el aire en forma de suspiro, acompañado de ese sonido de alivio. Repítelo unas diez veces.