Accesorios de vinos, ¿son necesarios?

Algo similar sucede con los accesorios para el servicio del vino. Para descorchar y servir un vino uno puede apañarse con un paño blanco y un sacacorchos de dos tiempos (o sacacorchos de camarero) ya que cuenta con navaja para cortar las cápsulas que cubren el cuello de la botella, tirabuzón para quitar el corcho e incluso una muesca para destapar botellas con tapa corona (tapas de cerveza); pero que tal si tengo la posibilidad de ayudarme de un bonito corta cápsulas, diversidad de modelos de sacacorchos y un anillo recoge gotas? Seguramente el servicio se hace más pomposo y mis invitados quedarán impresionados por el nivel de seriedad con que manejo el asunto, además de que de por sí nos dará tema de conversación mientras les explicamos para que se utiliza cada cosa.

 

Siempre digo que en un restaurante es muy cómodo contar únicamente con sacacorchos de dos tiempos y un paño blanco limpio, imaginen que las personas que trabajan en servicio están muchas horas de pie con mandiles que tienen bolsillos pequeños. Lo que menos quieren es estar cargando peso, ni mucho menos una cantidad de artefactos que pueden perderse fácilmente. Pero en casa la situación es distinta, tenemos cajones adecuados para guardar cada cosa en su lugar, los utensilios se colocan en la mesa al momento del servicio, uno no tiene que andar por ahí sacacorchos en mano, y hay espacio donde lucir cada elemento; así que veamos cuál es la funcionalidad de cada uno de los accesorios diseñados para el servicio de vinos.

 

Las copas son uno de los accesorios más difundidos, las hay de diferentes tamaños, materiales, diseños y hasta colores; cada una de ellas, nos dicen, está pensada para un tipo de vino en particular. Lo cierto es que una copa con la forma correcta puede elevar el grado de satisfacción del consumidor y hacer que disfrute mucho más un determinado tipo de vino. Debemos tener en cuenta, por ejemplo, que es ideal que la boca (la parte que entra en contacto con nuestros labios) sea más pequeña que el resto del cuerpo para que los aromas se concentren en la parte superior y sea más sencillo reconocerlos o que las de tamaño más grande son ideales para los vinos más complejos.

 

Herramienta que cuenta con una serie de cuchillas filosas en su interior, se coloca en el cuello de la botella, se hacen unos pequeños giros mientras presionamos y muy sencillamente retiramos la cápsula para dejar al descubierto el corcho y proceder a retirarlo.

 

Sacacorchos mariposa ( o de brazos)

Quizás lo más extendidos por su uso hogareño, son prácticos pero algo voluminosos, con él vamos girando el tirabuzón para atravesar el corcho mientras se levantan dos brazos (palancas) que luego al volverlos a bajar lo remueven muy fácilmente.

 

Gracias a un sistema de palanca permiten remover los corchos muy fácilmente y sin mayor esfuerzo.

 

Imagina que colocas el sacacorchos en el cuello de la botella, presionas un botón y casi inmediatamente tienes el corcho en tus manos, eso es lo que hace este tipo de sacacorchos. Funciona con pilas.

 

Este accesorio es ideal para descorchar vinos muy viejos, puesto que remueve los corchos sin atravesarlos. Los corchos muy viejos, generalmente de más de 10 años, tienden a deshacerse cuando los retiramos de las botellas atravesándolos con el tirabuzón de un sacacorchos convencional, el sacacorchos de láminas en cambio se introduce al rededor de este evitando atravesarlo. Sin dudas es un descorche que necesita mucha práctica pero que un verdadero winelover logrará dominar.

 

Estos aros, generalmente metálicos, cuentan con una gomaespuma en su interior. Al colocarlos en el cuello de la botella evitan manchar las etiquetas atrapando todas las gotas de vino que puedan caer luego de cada servicio.

 

Las bombas de vacío son muy útiles al momento de guardar vinos ya descorchados, su función es quitar todo el aire que hay dentro de la botella y así lograr que nuestro vino se conserve unos cuantos días más en buenas condiciones.

 

Un invento fabuloso que nos permite mantener nuestras botellas frías durante más tiempo, de una forma más limpia y práctica. ¡Simplemente dejas tus fundas de frío flexibles en el freezer y al momento de servir un vino que requiera de una baja temperatura colocas una al rededor de la botella y voilà!

 

Lau Malbec, una sommelier en Bolivia.