Focaccia de cebolla

By Juan Andrés Ugaz Cruz
0.75 h 4 raciones
Dificultad: 
Media

Ingredientes



POOLISH
500 gr de harina
500 ml de agua
5 gr de levadura instantánea

MASA FINAL
1000 gr de harina de trigo
650 gr de agua
1000 gr de poolish
35 gr de sal
5 gr levadura instántanea
10 gr de cebolla en polvo
200 ml de aceite de oliva
c/n sal gruesa.

ELABORACIÓN

POOLISH

  1. En un bowl mezcla manualmente la harina, el agua y la levadura; hasta lograr una masa sin grumos.
  2. Dejar fermentar por 12 horas en el frio (4 a 8 grados centígrados).

MASA FINAL

  1. En un bowl mezcla la harina de trigo, la sal, la lavadura instantánea, la cebolla en polvo y el el poolish. Mezcla y agrega poco a poco el agua hasta conseguir una masa homogénea. Retira la masa del bowl y lleva a una mesa enharinada y amasa por 25 minutos aproximadamente hasta logras una masa suave y elástica. Sin amasas en batidora o amasadora, hasta lograr el punto gluten (estirando un bollo de masa y hasta que se generen una capa muy delgada y elástica).
  2. Forma bollos de 500 gr y colócalos en moldes redondos previamente engrasados con aceite de oliva. Lleva a fermentar en frio (4 a 8 grados centígrados) los moldes protegidos en film (sin tocar la masa) por 12 horas.
  3. Retira los moldes del frio y deja fermentar por 2 horas aproximadamente o cuando la masa llegue a tres cuartos del molde.
  4. Pre calienta el horno a 250 grados centígrados por 15 minutos. Agrega aceite de oliva a las masas y úntalas delicadamente. Agrega sal gruesa y llévalas al horno por 25 minutos. Muy importante que una vez que entren al horno aplicar vapor (10 segundos) o con un dispensador de agua rociar cada molde. Además de bajar la temperatura del horno a 200 grados inmediatamente después de que los moldes ingresaron.
  5. Dejar enfriar y desmoldar.

RECOMENDACIONES

  1. Acompañar este pan con mantequillas saborizadas en tomillo o romero.
  2. Aplicarle un golpe de horno (mínimo de 220 grados) de dos minutos cada que lo quieras volver a probar.

Juan Andrés Ugaz Cruz

Provengo de un país donde gracias a la cocina, aprendimos a “mirar de más cerca” la realidad (lo contemporáneo), el paisaje (nuestros productos) y a la gente (la tradición) que hicieron posible...

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