Cook & Chef Entrevistas
De tú a tú con Betty Vázquez
1. Te llaman chef Betty, ya llevas tu profesión impresa en el nombre…
Me llaman Chef Betty y sí, es como un tatuaje de amor y de responsabilidad en cada paso que doy, en cada platillo que firmo. 42 años en el medio gastronómico te crean una imagen, una marca, y te obligan a tener bien claros los pasos que das, mirando al futuro desde el sustento y el respeto al tiempo transcurrido en esta carrera.
2. ¿Es verdad que querías ser piloto y no cocinera?
Siempre me gustó cocinar, pero sí es verdad que mi primera profesión es Control Aéreo y Aviación. Cambié de profesión sin olvidar que esta primera carrera me dejó la disciplina y la responsabilidad de las vidas humanas. Pero con el tiempo me di cuenta de que, cocinando, yo me aseguraba de que cada paso fuera bien firme y de que, si lo que cocinaba para mí me gustaba tanto, podía cocinar para más personas. A cada una de las personas a las que les he cocinado lo he hecho con alegría, compromiso, responsabilidad y amor… porque creo que cocinar lleva todos estos ingredientes.
3. ¿Y cómo entonces acabaste siendo chef?
Cosas del destino… en un compás de espera para ascender en mi trabajo anterior me fui a trabajar al hotel de mi familia y allí descubrí mi amor perfecto y mi pareja perfecta: el amor por la comida y una cocina que se volvió mi motivo de vida y evolución.
4. Después de ver todos tus éxitos, ¿crees que estaba predestinado?
Quizá sí. En casa se comía bien, había reverencia por la mesa, y uno a veces no entiende el destino, pero todo lo aprendido ha sido siempre un sustento para los siguientes pasos. Así que, si tenía que llegar a la aviación para llegar después a lo que me ha hecho feliz y plena por tantos años, bendita aviación.
5. Pero, ¿te gustaba la cocina? ¿dónde aprendiste a cocinar y qué vínculo tienes con tus inicios?
Siempre me gustó comer y en casa éramos buenos anfitriones. Mis padres nos acostumbraron a la buena mesa, siempre con más cubiertos de los necesarios, lista para los amigos y la buena plática. Después fueron los viajes los que me abrieron el mundo y la oportunidad de enamorarme de los sabores, colores, texturas y tradiciones de mi México y de los países que iba conociendo.
6. ¿En qué momento decidiste hacerte chef profesional?
Después de 6 meses trabajando en el hotel, empecé a buscar profesionalizar mis conocimientos empíricos de la gastronomía y sentía que todo lo que aprendía no era suficiente. A día de hoy sigo pensando de la misma manera, creo que el aprendizaje es continuo, que en la gastronomía hay que estar siempre atenta, en constante evolución.
7. Viajaste a París a formarte… cuéntanos qué te llevas de esta experiencia.
En Francia abrí las puertas del conocimiento en una gastronomía y en una escuela donde me enseñaron la reverencia por cada producto, por las tradiciones y por el futuro de mi persona dentro del mundo gastronómico. De aquel lugar me quedo con la técnica que nos permite entender los procesos y los resultados y cómo a través de ella uno puede encontrar los caminos para descubrir nuevos sabores.
8. Eres reconocida por ser embajadora de la gastronomía Nayarita, ¿qué significa para ti la comida mexicana?
Es la gastronomía que me formó, es la comida de mi abuela y de mis ancestros y es una gran responsabilidad mostrar lo correcto de la tradición en cada receta. Es seguir buscando, en todas las regiones del país, las recetas de los antiguos y hacer ver a las nuevas generaciones la maravilla que tenemos, tanto en el proceso como en el resultado final. Es la vida y la historia de un país, lo que nos ha formado y lo que no podemos perder: nuestra identidad.
9. ¿Cuál sería tu ingrediente estrella?
No podría cocinar sin sal de mar, cristales de sal, de un mar que adoro. La gente sabe que es la chef Betty la que habla o escribe cuando mando besos con sabor a mar… Porque eso he recibido del Puerto de San Blas, en la Riviera Nayarit, mi espacio de inspiración al borde del mar. Una magia que se ve en la cocina de El Delfín, mi restaurante en el Hotel Garza Canela.
10. Has cocinado para la realeza, presidentes de la República Mexicana, jefes de Estado, socialités… ¿cómo haces para que no se te suba a la cabeza?
Trato de cocinar todos los días la comida del personal y como con ellos en la mesa para que no se me olvide de donde vengo y quien soy. Lavo mi plato, como en casa, y trabajamos siempre unidos. La popularidad la agradezco todos los días, pero con los pies bien plantados en la tierra.
11. Tu carisma, trayectoria y buen hacer te han llevado hasta la TV, ¿cómo es ser juez de Masterchef?
Al igual que en mi cocina, una gran responsabilidad, porque hay millones de personas que ven el programa y quiero que cada palabra que salga de mi boca sea para corregir con fraternidad, para hacer crecer a los concursantes y para entretener a todos los que nos miran. Después de 10 temporadas, puedo decir que todos somos una gran familia.
12. Diriges el restaurante de un hotel, eres una chef reconocida, eres juez de Masterchef… ¿te consideras una mujer todoterreno?
Ser mujer, ser cocinera, ser juez, sentirme plena, saberme feliz…. ¡¡Sí, pudiera decirse que me siento una mujer todoterreno! Requiere tiempo, retos y sobre todo tener la mente clara hacia donde quiero caminar.
13. Qué es para ti la gastronomía sostenible y cuánta importancia le das a la hora de escoger los productos con los que cocinas?
Tengo una cocina llena de cercanía y de amor de cada uno de mis proveedores, hacemos kilómetro casi cero. Poder apoyar a las comunidades alrededor de la mía y hacer que las familias tengan la oportunidad de sostenerse ha creado una comunidad más fuerte y unida.
En el producto que eliges está tu cocina. Si quieres tener una buena cocina, tienes que tener los mejores productos. Aquí el producto viaja del campo a mi cocina, ya maduro. No madura en el transporte y en los refrigeradores, esto hace que los sabores sean francos y plenos.
14. ¿Hay algún lugar o ciudad del mundo que sea ejemplo de gastronomía sostenible?
Podemos pensar en los países nórdicos y en muchas de las capitales de Europa. Al mismo tiempo pienso que las pequeñas comunidades del mundo pueden ser ejemplo.
Mi abuela fue maestra rural y ella me enseñó que, si a una comunidad le enseñas a cultivar sus alimentos, no pasarán hambre, así que nos corresponde a los cocineros enseñar a nuestras comunidades a seguir creciendo unidas y poder entre todos generar nuestros alimentos.
15. Y, por último, ¿qué inspira a Betty Vázquez?
La naturaleza, el ser humano… sigo creyendo en la maravilla que es la creación. Ahí están todas las respuestas, solo hay que buscar las preguntas correctas.