Justinas Kapkovicius

Mis primeros intentos culinarios fueron en familia. Recuerdo bien un momento especial en la cocina con mi tía, porque hacíamos las rosquillas más deliciosas. Estos últimos se convirtieron en mis primeros productos horneados. Cuando era joven, soñaba con ser jugador de baloncesto, pero no era lo suficientemente alto. Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que cada vez más a menudo la cancha de baloncesto era sustituida por ayudar a mi madre a preparar la cena o simplemente a trastear en la cocina. Lo importante y fundamental en mi vida fue y es que soy un chico de ciudad. Nací y crecí en Vilnius, y creo que la vida de la capital ha moldeado mi visión del mundo. No quería una vida cotidiana tranquila y sencilla, me di cuenta de que quería más. Quería retos, aventuras, porque era joven y todo parecía más que posible. Cuando mis amigos iban a la universidad, yo compraba los billetes de avión. Ahí empezaron mis viajes, pero no sólo por el mundo, sino también hacia la cocina profesional.